Opinión
El nuevo papel prioritario de la ciencia y tecnología en el paisaje Purús – Manu
Por: César Flores Negrón 1
La integridad del paisaje Purús – Manu se pondrá a prueba en las próximas décadas frente a amenazas como el avance de las iniciativas locales y regionales de infraestructura, el efecto del cambio climático, el aumento de los cultivos ilegales, así como la tala y minería ilegal.
Afortunadamente, nuestro trabajo con la población local y sobre todo con las comunidades indígenas dan testimonio de su firme propósito por conservar el paisaje y mantener el flujo de servicios ambientales que nos brinda este importante territorio. Es cierto que los pueblos indígenas enfrentan el serio desafío por integrarse a una sociedad mayor que está marcada por la obtención y acumulación de dinero para conseguir casi todo lo necesario para vivir; incluso para obtener los servicios públicos que el propio Estado está en la obligación de brindar. Es en esta tarea de gestión territorial e integración de los pueblos indígenas con la sociedad mayor que la intervención de la ciencia y tecnología puede marcar una diferencia para encontrar más rápidamente medios de vida y prácticas de gobierno y gestión territorial que son amigables con el planeta.
La integridad del paisaje Purús – Manu se pondrá a prueba en las próximas décadas frente a amenazas como el avance de las iniciativas locales y regionales de infraestructura, el efecto del cambio climático, el aumento de los cultivos ilegales, así como la tala y minería ilegal
Antes de continuar, es necesario aclarar que aquí empleo el concepto de ciencia y tecnología en un sentido muy amplio, saliendo de la idea generalizada que sitios como el paisaje Purús – Manu brinda solo un espacio de trabajo para los biólogos y estudiosos de la naturaleza. La historia, la geografía, la antropología, la sociología y las ciencias de la comunicación son solo parte de las disciplinas científicas que necesitan integrarse para una gestión más equilibrada del territorio.
Planta de energía solar en Puerto Esperanza, provincia de Purús (Ucayali).
Con esta idea en mente, la ciencia y tecnología puede y debe asistir a la población dentro del paisaje Purús – Manu en su adaptación al impacto inminente del cambio climático en la agricultura y la pesca. Es urgente conocer qué variedades de cultivos se adaptan mejor a las nuevas condiciones ambientales; qué prácticas nuevas pueden adoptarse para disminuir el efecto de las sequías, friajes e incendios cada vez más frecuentes; qué medidas adoptar (vedas, cochas protegidas, cambio de aparejos o métodos de pesca) para mantener las pesquerías fluviales; cómo promover sistemas de crianza que complementen la pesca en un escenario cada vez más estacional; cómo mitigar los posibles cambios en la producción de flores, que puede reducir la producción de frutos de consumo humano y para la fauna que es sujeta a la cacería de autoconsumo.
Por otro lado, la actual pandemia nos hace un urgente llamado de atención para estar alertas por los riesgos del derrame zoonótico (transmisión de enfermedades desde la fauna hacia los humanos) que está presente cada vez que nos excedemos en la conversión de los hábitats de las especies silvestres. Nos urge a pensar en el establecimiento de un sistema de monitoreo que nos proporcione alguna ventaja ante nuevas enfermedades o brotes epidémicos como el elusivo virus “Chapare” que ha resurgido recientemente en Bolivia. Esto sin olvidar que la malaria, la fiebre amarilla, la leishmaniasis y la chikunguña venían produciendo serios estragos en la población antes de la emergencia del COVID-19.
El aporte de la ciencia y la tecnología también puede y debe asistir a la población local en el transporte y la generación de energías limpias. En este ámbito, creemos que la energía eólica, solar e hídrica, sin las tradicionales represas, debe ser la base para un desarrollo verde en el ámbito del paisaje. Para poblados de menos de 200 personas, las turbinas generadoras que se sumergen en el cauce de un río prometen ser una alternativa factible en el mediano plazo. Se requiere solo un pequeño empujón para el desarrollo de prototipos a escala de producción. Por otro lado, el súbito despertar de la veterana tecnología de motores eléctricos hace que la propulsión eléctrica ya sea una realidad para las embarcaciones fluviales.
Pero no se trata solo de las ciencias de la tierra, ciencias de la salud, o la energía y el transporte. Estamos en la obligación de recordar que más del 90% de la población en el ámbito del paisaje Purús – Manu estuvo subyugada durante la fiebre del caucho a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El triste legado dejado por este pasaje de nuestra historia, que a su vez está ligado a la revolución del transporte del siglo XX, no ha sido aún compensado para superar las desigualdades que generó en una buena parte de los peruanos.
El reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos originarios, de su acervo cultural y de conocimientos, de su lengua como vehículo principal de comunicación, sigue siendo una agenda pendiente del Estado peruano. Es en este punto donde las ciencias sociales, humanidades y la economía juegan un papel clave para facilitar un diálogo intercultural que permita pavimentar el camino hacia medios de vida que no destruyan la base misma de nuestro bienestar bajo la falacia del desarrollo.
Nunca como hoy se hace urgente que la ciencia, tanto naturales y sociales apoyen a los líderes y agentes de desarrollo para facilitar el diálogo entre autoridades, pobladores locales, la empresa y la sociedad civil en un entorno donde el castellano no es lengua materna predominante. Como científico y académico que viene de las ciencias naturales y agrarias soy optimista que este diálogo intercultural e interdisciplinario producirá un gran impacto en la gestión y conservación del Gran Paisaje Purús – Manu.
«Estamos en la obligación de recordar que más del 90% de la población en el ámbito del paisaje Purús – Manu estuvo subyugada durante la fiebre del caucho a finales del siglo XIX y principios del siglo XX».