Foto: Walter H. Wust

• Esta área protegida es una de las más importantes del país debido a su valor como patrimonio natural y, además, porque es un actor trascendental en la economía del departamento de Ica.

En julio pasado se realizó una campaña de gran acogida contra la construcción de un almacén de minerales en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Paracas, una de las áreas protegidas más importantes del país.

El movimiento de oposición a través de redes sociales y diversos medios de comunicación demostró que miles de personas se identifican de alguna manera con esta área o la reconocen como una de las más importantes zonas que representan el valor nuestra diversidad marina a nivel nacional e internacional.

Hoy, la Reserva Nacional de Paracas cumple 45 años de establecimiento. Su creación, según el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), tiene como objetivo proteger los ecosistemas marino-costeros que resguardan una gran diversidad biológica.

Además de su importancia como patrimonio natural, esta reserva es destaca porque es una de las que más recursos genera gracias al turismo y estos beneficios económicos sirven para fortalecer todo el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sinanpe). La reserva, además, es parte importante de la economía del departamento de Ica, debido a las miles de personas que atrae cada año.

La RN de Paracas abarca los distritos de de Paracas y Salas, de las provincias de Paracas e Ica respectivamente. Su extensión es de 335 mil hectáreas, de las cuales el 35% pertenecen a tierra firme e islas y el 65% a las aguas marinas.

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Además de poseer uno de los más bellos paisajes del país, en la reserva se puede hallar cerca de 216 especies de aves, 36 de mamíferos, 10 de reptiles, 168 de peces y un gran número de invertebrados que son parte inicial de la cadena trófica de este importante lugar. El principal banco de conchas de abanico (Argopecten purpuratus) del país, según Sernanp, se encuentra en la bahía de Independencia, donde también se halla una importante variedad de cangrejos, caracoles marinos, pulpos, erizos y otros moluscos.

Entre las aves más reconocidas del lugar se encuentran el flamenco o parihuana (Phoenicopterus chilensis), el pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti), el zarcillo (Larosterna inca) y hasta el cóndor andino (Vultur gryphus). También se pueden apreciar los lobos marinos finos (Arcthocephalus australis), y el gato marino o nutria (Lontra felina). Asimismo, también se puede divisar a la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), el bufeo (Tursiops truncatus) y el delfín oscuro (Lagenorhynchus obscurus).

Si bien la vegetación es escasa, se pueden observar algunas porciones de lomas costeras en las partes más altas de los cerros, las cuales sirven de hábitat a diversos reptiles, insectos, aves y a algunos mamíferos.

Conoce más sobre esta importante área protegida a través de las fotografías de Walter H. Wust.