[Especial fotográfico] Usaca: Entre médanos y huarangos milenarios
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A una hora de Nazca, pasando el pueblo ¨Tambo de Perro¨ encontramos los médanos de Usaca, gigantes lienzos de arena en constante movimiento que invitan a los amantes del sandboard, los espacios abiertos y la contemplación.
Se trata de una zona que alberga relictos de bosques de huarango y flora asociada que han sobrevivido al paso del tiempo y al avance de las dunas. Se calcula que solo queda 1.5% de los bosques de huarangos que en el pasado daban sombra y alimento en el desierto de Ica.
Un sitio lleno de distintas texturas y colores. La sequedad del área lleva a que los árboles capturen el agua de la neblina, además de la que sacan del acuífero.
La magia de este lugar llevó a integrantes del Grupo Asociación Civil Aves del Perú y del Jardín Botánico de Kew de Inglaterra decidieran sumar esfuerzos para conservar la zona. Así pidieron una concesión para conservación de 340 ha para proteger los bosques de huarango y la fauna asociada.
Evelyn Ruiz y Consuelo Borda, son parte de este grupo de jóvenes que dedican su tiempo a la conservación de la biodiversidad del desierto. A donde fuimos, las vimos recogiendo semillas que luego servirían para fines de reforestación.
¨El reto radica en que los bosques de huarangos en pie sean más valorados que como leña¨ – nos dijeron. Para ello, desde hace siete años vienen impulsando el festival del huarango, donde se venden productos derivados del huarango que no requieren derribar árboles. Este 15, 16 y 17 de junio se realiza la séptima edición. Aprovecha para darte una vuelta y conocer más sobre lo que se puede hacer con el huarango.
Cuando llegamos a Usaca y vimos docenas de árboles convertidos en leña, a Consuelo y Evelyn les cambió la mirada. ¨Suficiente tiene el árbol con el mero hecho de sobrevivir en el desierto¨- plantearon. Los bosques de huarangos de dunas además tardan décadas o hasta siglos para crecer y son únicos en el mundo.
Los huarangos tienen raíces de hasta 60 metros que les permiten captar el agua subterránea y también captan agua de la humedad en las noches. Sólo en ciertas épocas de verano se forman pequeños riachuelos que irrigan el área.
Si no trabajamos juntos de manera constante, los bosques de huarangos y las dunas se seguirán perdiendo. Hoy quedan solo 18 sitios con remanentes de bosques y 14 árboles de más de 500 años.
Por su cercanía a Nazca, turistas en tubulares llegan con cierta frecuencia a este lugar. Ello también representa una oportunidad para generar recursos que permitan proteger la zona.
Una de las rutas para llegar a la concesión para conservación pasa por Cahuachi, patrimonio arqueológico que bien vale la pena ser visitado.
Dormir a la intemperie, al pie de los médanos bajo un cielo estrellado, es una experiencia inolvidable que solo compite con el despertar en el medio de la nada. No la dejes pasar.
Si estás interesado en conocer o apoyar los trabajos que se vienen realizando en esta concesión, comunícate con Magaly Acuy (magacuy@yahoo.com) del Grupo Asociación Civil Aves del Perú o con Oliver Whaley (o.whaley@kew.org) o Consuelo Borda (beny-sol@hotmail.com) del Jardín Botánico de Kew. Y si quieres involucrarte en una campaña para salvar al huarango escribe a bmonteferri@spda.org.pe
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3 comentarios · Dejar un comentario
Deseo que existan huarangos en el Callao, hay que sembrar huarangos en callao
Espectaculares fotos, gran esfuerzo y espero que se sigan conservando asi
SALVEN EL BOSQUE DE USACA